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¿Qué enseñamos, en qué enseñamos, por qué razón y para qué fin?

Cuando tenía 5 años recuerdo que me encantaba dibujar. Disfrutaba con mi estilo particular, que consistía en hacer las líneas extremadamente gruesas. Me gustaba el contraste entre el grafito tan grueso y el espacio que quedaba entre sus límites, de manera que la diferencia entre el color y el negro quedara bien marcada. Dejé de dibujar así cuando una vez, encargados de ilustrar el cuento de "El Patito Feo", mi profesora, cansada de ver mi manera de dibujar, me dijo que así no se dibujaba, que las normas al dibujar eran otras y que debía cambiar esas líneas por otras más delgadas y delicadas. En aquel momento, sin yo ser consciente de ello, me sentí como aquel patito que veía en él mismo algo feo, porque el contexto que le rodeaba no reflejaba nada lo que había en él.

Todo aquel conocimiento que resulta incómodo es despreciado como falto de cientificidad.
- T. Adorno